Es un bar de cocina tradicional portuguesa, especializado en pescados a la brasa y vinos locales. Mesas de madera, mantel individual de papel, cubertería y coperío anclado en el tiempo, decoración con azulejos a media altura y detalles marineros, ambiente familiar, amigos del dueño compartiendo mesa...
Las brasas presiden la entrada, también un lavabo minúsculo con un trozo desgatado de jabón Lagarto, que te sorprende al principio. Comedor pequeño, suena fútbol de fondo que nadie mira. Mesas y sillas de plástico afuera, para el buen tiempo. Miniatura de baños subiendo las empinadas escaleras, con otro lavabo a la entrada, donde circula un frío polar y nadie sube a limpiar hace tiempo, así que mejor beber poco y usar el lavabo de la entrada... para eso era.... ahhhhhh :)
En serio, es un local seguro y entrañable, con un material de primera, al que se le disculpan esas escaleras. Aquí se viene a comer sardinas a la brasa, el plato estrella, con sus patatas cocidas, pero aún mejores resultaron unos calamares a la brasa cortados en láminas, tiernos y sabrosos, sin aceites ni condimentos. Puro mar. Ensalada clásica, tomate-cebolla-lechuga con abundante vinagre, que es mucho más que un acompañamiento, sabor a huerta. Vinho verde de la casa, agradable. Agua con gas muy suave, rica, no recuerdo la marca. Caldo regular, sobrecargado, grasoso, diferente al nuestro. Cortados, aquí llamados "pingos", rico-rico, al módico precio de 0.65 euros. El precio os imaginais es de derribo... 13 euros por persona.
El dueño y el personal son muy amables, aquí si no te comes algo te traerán otra cosa, así que apurad los platos. Al lado unos amigos del dueño hincándose un bacalao a la brasa, en las generosas raciones propias de la zona. Si no encontráis sitio para aparcar el dueño se ofrece a abriros su garage particular enfrente del local.
Os lo recomiendo si tras deambular por Oporto, queréis comer alejados de lo más turístico. En los alrededores hay otros locales, que desconozco, pero dudo que conserven la honestidad de una materia prima bien tratada, que no precisa artificios y que te hace querer volver. "Menos mal que nos queda Portugal".
No tengo fotos de este visto y no visto. Aquí unas que encontré en la red.
Rei da Sardinha Assada.
Rúa do Sul, 91.
4450-292 Matosinhos.
229382695.